Consuelo Valle tiene 41 años y ha pasado sus 3 últimos cumpleaños encarcelada en una cárcel marroquí de Tetuán siendo inocente.
Encarcelada en una prisión en la que día tras día se incumplen los Derechos Humanos, donde las personas viven hacinadas, en celdas que solo se abren 4 horas al día, con otras 28 personas. Sin higiene, sin apenas nada que llevarse a la boca, sin agua caliente, sin atención médica, sin derechos, sin dignidad… sin vida.
El caso de Consuelo Valle comenzó un 25 de Febrero del año 2012. Ella viajaba de vuelta a España sola en su coche tras pasar una semana de vacaciones en Marruecos. En la aduana, las autoridades registraron el vehículo sin hallar nada. Pero fué retenida y llevada a comisaría. Allí, con la promesa de poder salir del país le obligaron a firmar unos papeles escritos en árabe sin derecho a un traductor. Resultaron ser una declaración de complicidad por delito de tráfico de drogas, ya que cuatro coches más adelante a unos conocidos les habían incautado hachís.
“Me hicieron firmar papeles escritos en árabe sin traductor, yo preguntaba por qué, ellos me respondían que para poder salir del país e irme a casa”
Consuelo fue llevada a comisaría y pasó varios días sufriendo torturas, abusos, y privada del derecho a comunicarse con su familia. Ingresó en prisión con una condena de 15 meses.
“Un día te secuestran, te meten en una habitación y si tienes suerte algún día te sacan de ella. Me han destrozado la vida”
De su experiencia en prisión solamente puede contar atrocidades, pasó por dos huelgas de hambre y ha tenido problemas graves de salud sin tener atención médica adecuada.
Tras cumplir los 15 meses de una condena injusta y al no poder hacer frente a una multa de 165.000€ , a su condena ya cumplida se le sumaron otros 12 meses.
En Junio del pasado año fue una de las indultadas por el Rey Mohamed VI pero el indulto nunca llegó a hacerse efectivo, por lo que Consuelo ha pasado 27 meses encarcelada siendo inocente.
Esta semana Consuelo Valle por fin ha llegado a casa, con 38 kilos menos, con la salud tocada pero con el objetivo de que su secuestro, como ella lo llama, no quede impune. Con la intención de emprender una “cruzada” contra las autoridades marroquíes y las españolas, para que no haya más personas que tengan que pasar por circunstancias similares.
“Allí el ciudadano español no tiene el amparo de su Estado ni de las autoridades. En estos 27 meses el cónsul español solo vino a verme en una ocasión y fue gracias a la presión ejercida por la Plataforma Presos Marruecos”
Cuenta que es incapaz de conciliar el sueño sin acordarse de todas esas personas que aún están encarceladas, privadas de Derechos, y que por ellos, y por su familia, va sacar fuerzas para luchar y hacer justicia.